El Autocuidado no es un Lujo, es una Necesidad


El autocuidado no es un lujo; es una necesidad. Es la fuente de energía que nos permite seguir adelante, cuidar de los demás y alcanzar nuestras metas sin quemarnos en el proceso. Esa última parte es importante; léela de nuevo: sin quemarnos en el proceso.


Lidiando con el peso emocional de la culpa

Soy mamá, y me sentí egoísta cuando puse mis intereses personales por encima de mis hijas. Sentí culpabilidad. ¿Cómo era posible que yo -una mamá dedicada- me iba de viaje a mi retiro de yoga, SOLA? O las dejaba al cuidado de otros  para ir a tomar un café con una amiga?

Libré unas cuantas batallas internas para llegar a la conclusión de que para dar bienestar, primero tenía que tenerlo yo. Hoy entiendo que priorizarme a mí es, de manera indirecta, entregarles a ellas mi mejor versión. 



Desde hace un tiempo mis pequeñas rutinas y prácticas para cuidarme son parte de la vida cotidiana. Desde tomarme diez minutos para una ducha relajante hasta reservar tiempo sagrado para mi práctica de yoga, estas pequeñas acciones marcan una gran diferencia en mi bienestar. No se trata de hacer todo perfectamente, sino de hacer lo que yo necesito para estar bien, tanto física como emocionalmente.


¿Sabes cómo cuidarte?

A menudo creemos que nuestros gustos son permanentes: “Me encanta montar en bicicleta” (y la bicicleta acumula polvo en el garaje) o “Disfruto mucho bordar” (aunque hace diez años no toco una aguja). ¿Por qué nos cuesta tanto entender que, a medida que cambian nuestras circunstancias, también pueden cambiar nuestros intereses y lo que necesitamos para sentirnos bien?

Si hace un tiempo que te preguntas: ¿qué nutre mi alma?, el siguiente ejercicio es para ti. Te enfocarás en identificar tus necesidades de autocuidado y en cómo integrarlas en tu vida diaria, de manera real y auténtica.