Del Tapete al Corazón

Cómo mi práctica de yoga me ha llevado a conocerme mejor.


Stephania Di Doménico / Fundadora, Yoga Taller


Para mí, el yoga es mucho más que una práctica física; ha sido un camino hacia el autoconocimiento y la aceptación. Cada vez que desenrollo mi tapete creo un espacio donde puedo pensarme, sin distracciones externas. Cada postura, respiración y transición me invita a mirar hacia adentro, a reconocer mis fortalezas y limitaciones, no como un juicio, sino como una oportunidad para entenderme mejor. 

En un mundo lleno de comparaciones, mi tapete me ofrece un respiro. Me recuerda que el único estándar que importa es el mío. Esa postura que parece sencilla para alguien más puede ser todo un desafío para mí, y eso está bien. Cada práctica es única porque mi cuerpo y mi mente también lo son. 



Además, he descubierto que lo que sucede en el tapete refleja cómo enfrento la vida fuera de él. ¿Me frustra no alcanzar una postura? ¿Evito ciertos desafíos? (y si que los evito...) Estas reacciones me dan pistas sobre cómo manejo los retos y las relaciones en el día a día. 

Cuando re-descubrí el yoga pensaba que aprendería a hacer posturas lindas (y sí, lo logré), pero lo que me hizo quedarme fue el inmenso aporte a mi salud mental. A veces no logro llegar al tapete, y he aprendido a entenderlo como parte del proceso, a mirarme con ojos compasivos. Otras veces llego con rabia, con fuerza, con amor, con tristeza, con lágrimas. Y en cada una de esas veces, mi tapete me ha dado un espacio seguro para encontrarme conmigo misma, tal y como soy y como estoy.  

Entonces, la verdadera magia del yoga para mi ocurre cuando puedo abrir todas mis puertas, con todo lo que eso implica. No se trata de alcanzar una forma perfecta, sino de abrazar lo que soy en este momento. Cultivo calma en medio de la incomodidad, (por que a quien le parece cómodo un arco... de verdad!), encuentro estabilidad en el cambio y procuro ser amorosa conmigo misma cuando las cosas no salen como esperaba.

Mi yoga me ha enseñado que la verdadera medida del progreso no está en cómo me comparo con otros, sino en cómo evoluciono mi relación conmigo misma: con paciencia, compasión y amor propio. Mi invitación entonces es a que la próxima vez que desenrolles tu tapete te trates con cuidado, así como lo harías con tu hijo(a), esposo(a), amigo(a)... despójate si ideas absolutas cómo "yo nunca puedo" o "yo no soy" y ¡regálate la oportunidad de sorprenderte!


Por: Stephania Di Doménico 

Fundadora, Yoga Taller